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domingo, 21 de junio de 2009

Este es el real, el Verdadero JUAN PABLO JIMENEZ CONCHA...





Juan Pablo Jiménez Concha, se arriesga otra vez a PERDER la diputación federal, ya perdió en Tlaltenango Y LO VOLVERA A HACER, aqui te esperamos...


perdera por muchas razones:




por ser impuesto por Javier Lopez Zavala (Jimenez Concha es un ZETA).


Por ser un Cacique (leer Abajo).


Jugo y perdio ya la Diputacion Federal en 2006




Vaya cacicazgo.
El nefasto y gris Juan Pablo Jiménez Concha, sólo para seguir la tradición familiar, impuso a Francisco Covarrubias como candidato tricolor a la alcaldía de San Pedro Cholula. Y digo tradición porque los Jiménez Concha son unos verdaderos caciques que controlan la región creo que desde la conquista española.
Nada más cheque estos antecedentes:

1.- ¿Como se llama el papá del exPresidente municipal, Juan Pablo Jiménez Concha, que fue presidente municipal?
José Eloy Jiménez Espinosa



2.- ¿Como se llama el suegro del exPresidente municipal, Juan Pablo Jiménez Concha, que fue presidente municipal?
Ramón Blanca García.



3.- ¿Como se llama el hermano del suegro del exPresidente municipal, Juan Pablo Jiménez Concha, que fue presidente municipal?
Miguel Blanca García.



4.- ¿Como se llama el suegro del hermano del exPresidente municipal, Juan Pablo Jiménez Concha, que fue presidente municipal?
Francisco Covarrubias Salvatori.



5.- ¿Como se llama el papá del suegro del exPresidente municipal, Juan Pablo Jiménez Concha, que fue presidente municipal?
Juan Blanca Espinosa



6.- ¿Como se llama el papá de la suegra del exPresidente municipal, Juan Pablo Jiménez Concha, que fue presidente municipal?
Filemón Pérez Cázares



7.- ¿Como se llama el tío del exPresidente municipal, Juan Pablo Jiménez Concha, que fue regidor, promotor y fundador del Partido Acción Nacional en Cholula?
Omar Jiménez Espinosa



8.- ¿Como se llama el tío del exPresidente municipal, Juan Pablo Jiménez Concha, que perdió la elección a Presidente municipal?
Gaspar Isaac Jiménez Espinosa.



9.- ¿Como se llama el abuelito del exPresidente municipal, Juan Pablo Jiménez Concha, que fue presidente municipal?
Isaac Jiménez Blanca



10.- ¿Como se llama el tío abuelo del exPresidente municipal, Juan Pablo Jiménez Concha, que fue presidente municipal?
José Jiménez Blanca



11.- ¿Cómo se llama el hermano del expresidente municipal, Juan Pablo Jiménez Concha, que fue regidor cuando el suegro de su hermano fue presidente municipal?
José Jiménez Concha



14.- ¿Cómo se llama su prima que es diputada por el Partido Acción Nacional?
Dolores Parra Jiménez


(y que le partio la madre en 2006 cuando Juan Pablo Jugó y perdio la diputacion federal, por pendejo).



15.- ¿Cómo se llama su primo que es candidato a diputado federal por el partido Convergencia?
José Juan Espinosa Torres



16.- ¿Cómo se llama el primo del actual candidato a diputado local por convergencia José Juan Espinosa Torres y primo del candidato a diputado local por el PRI, Juan Pablo Jiménez Concha, que quiere ser diputado local por Convergencia?
Benjamín Rosete Espinosa



17.- ¿Cómo se llama el papá del actual diputado local que aspira a ser Presidente Municipal, primo del papá del exPresidente municipal, Juan Pablo Jiménez Concha, que fue regidor cuando el tío de su esposa fue presidente municipal?
Juan Espinosa Técuatl


18.- ¿Cómo se llama el papá del aspirante a presidente municipal o diputación local que funge como Director del SOAPACH, cuñado del hermano y compadre del presidente municipal, Juan Pablo Jiménez Concha, que fue presidente municipal?
Francisco Covarrubias Salvatori


No es broma. Hasta yo me asusté.


Un desastre llamado Juan Pablo Jiménez Concha.


“Aquí en San Pedro Cholula las cosas están muy mal, como usted sabe el presidente municipal Juan Pablo Jiménez Concha tiene de cabeza a Cholula; las calles del centro están hechas una porquería, ojalá usted y su equipo puedan venir a constatar estos hechos y la burla más grande al pueblo es que toda la inversión la ha concentrado en el centro, ya que en el primer cuadro tiene todo su familia y la de su esposa sus negocios, como hoteles, restaurantes, departamentos y gimnasios.

Esta gente que nos es de Cholula, sino de Calpan, han hecho con nosotros los Cholultecas lo que han querido, y lo mas descarado es que el primo de Juan Pablo Jiménez, el convergente José Juan Espinosa quiere ser Presidente Municipal; por el PAN quiere el tío de la esposa de Juan Pablo Jiménez, Arturo Carranco Blanca, familiar también de Ramón y Miguel Blanca dueños de todos los fraccionamientos que están por Zerezotla y el Club de Golf La Huerta, quienes siguen vendiendo los últimos espacios de cerro Zapotecas, nuestro único pulmón natural.

“Bueno la pregunta hasta donde vamos a permitir esto los Cholultecas, y por si fuera poco Pablo Jiménez ya mandó al director del SOSAPACH, Francisco Covarrubias, para buscar también la presidencia municipal. ¡Qué burla! Este amigo comenta abiertamente que el va ser el alcalde sin hacer campaña, que como Juan Pablo decía que "La Presidencia Municipal es HERENCIA".

“Don Arturo acudimos a ustedes sabedores que son profesionales de la comunicación, que están en contra de los malos gobiernos, por favor ayúdenos, sacando esto a la luz publica y ojalá puedan constatar lo que les decimos, que puedan venir a las Juntas Auxiliares de Cholula y vean como viven los habitantes. Ya no queremos más de lo mismo, queremos a un alcalde que sepa de las necesidades de la gente, que sea del PUEBLO DE UNA JUNTA AUXILIAR, para que nos comprenda. Ya ven al Lic. Oaxaca lo hicimos Diputado y desde que se sentó en el Congreso no nos volvió a saludar. En su conciencia quedará”

Será difícil que el Partido Revolucionario Institucional gane el próximo 5 de julio en el distrito electoral 10, con cabecera en este municipio, reconoció el exedil y exdiputado local priista Alejandro Oaxaca Carreón.

“La elección será complicada, complicadísima, para mi partido. Yo sólo espero que el PRI salga bien”, dijo tras lamentar que hasta el momento ninguno de sus dirigentes ni el candidato tricolor, Juan Pablo Jiménez Concha, se haya acercado a solicitar su colaboración.“Ahorita no estoy en activo en Cholula. Creo que piensan que no le reditúo mucho al PRI. Entonces que Juan Pablo trabaje como pueda”, comentó.

Oaxaca Carreón fue abordado mientras ejercía su profesión de abogado antes de realizar una diligencia en la agencia del Ministerio Público asentada en esta ciudad. Estaba acompañado por Marco Antonio Tolama Flores, quien hace tres años abandonó el tricolor y se unió al Partido Acción Nacional por invitación del senador Rafael Moreno Valle.Acostumbrado a acaparar los reflectores, concedió la entrevista para señalar que está dedicado de tiempo completo a impulsar la candidatura a la gubernatura de Enrique Doger Guerrero.

“En este momento apoyo con todo al doctor porque va a ser el próximo gobernador”, dijo quien fuera el primer presidente municipal en funciones que arriesgó abiertamente su capital político a favor del actual mandatario estatal, Mario Marín Torres.


—¿Cómo ves las elecciones?


—Complicadísima para el PRI


—¿Qué esperas para el 5 de julio en este distrito?


—Será muy difícil una victoria para el partido. Sólo espero que salga bien.


Tras comentarle que el delegado político Ramón Chilián Rodríguez aseguró que había hablado con él para unirse a la campaña de Juan Pablo Jiménez Concha, Alejandro Oaxaca Carreón sostuvo que era falsa esa versión.“Yo ni conozco al delegado y Juan Pablo no ha hablado conmigo. Los desmiento. Son unos mentirosos. No me han convocado a ninguna reunión. Que me busquen y después haré lo que tenga que hacer para el partido”, mencionó.


Entrevista donde Jimenez Concha admite que el Góber Precioso les financia la campaña:

¿Por qué estás tan convencido de un triunfo contundente del PRI?
Por la estrategia que implementó el gobernador: gracias a él vamos a ganar no sólo este 5 de julio, sino que mantendremos la gubernatura en el 2010.

Entrevista completa en:
http://impreso.milenio.com/node/8586664

Historia negra
En torno al Grupo Shiva corre una historia negra: Apenas en julio de 2005 Protección Civil Municipal clausuró la discoteca Rumba Café, perteneciente a ese mismo consorcio, y le impuso una sanción de mil salarios mínimos, debido al nulo cumplimiento de las reglas de seguridad.
El historial del Rumba Café causó indignación. En una madrugada de domingo se registró un incendio en la discoteca que orilló a los presentes a una situación de alto riesgo, debido a que el personal de seguridad impidió a los asistentes salir del centro nocturno. La razón: los clientes debían pagar su cuenta antes de abandonar el lugar envuelto en llamas.



Las golpizas son una constante en los bares del Grupo Shiva. El 22 de julio de 2002 un grupo de universitarios asistió, como cada semana, al popular bar “Tigre de Santa Julia”. Como cada noche, los jóvenes charlaban y bebían; no obstante, el ambiente característico de estos centros nocturnos hizo que se enfrentaran verbalmente con unos estudiantes que departían enfrente de su mesa. Lo inverosímil, narra Francisco Janeiro Fernández, uno de los golpeados, fue que el personal de seguridad del bar intervino, pero no para calmar los ánimos, sino para atizar una paliza a una decena de sus amigos, entre quienes se encontraban los universitarios Carlos Cao Romero y Gerardo Arrambide. Como esta anécdota, entre los asistentes a los centros nocturnos corren decenas de versiones similares. En tan sólo una hora el reportero se dio a la tarea de sondear con personas cercanas si sabían de casos de golpizas perpetradas por guardias de seguridad del Grupo Shiva. Al menos cinco interrogados de confianza respondieron afirmativamente.


El brazo operador
Iván Mange Zamora es oficialmente el dueño del Grupo Shiva. Este empresario está involucrado en la oscura compraventa de terrenos de la Universidad Politécnica, uno de los proyectos educativos más ambiciosos del gobierno de Mario Marín Torres.Desde mayo pasado, Apro documentó la triangulación de fondos por más de 5 millones de pesos efectuada por el ayuntamiento de San Pedro Cholula para la construcción de la Universidad Politécnica.


El beneficiario de esta suma fue, ni más ni menos, Iván Mange Zamora, quien fungió como intermediario entre ejidatarios y la Comuna para la venta del terreno, aunque los campesinos denunciaron que aún no reciben su pago completo, pese a que la Presidencia Municipal ya erogó el capital para dicho proyecto.El convenio de promesa de compraventa pactado por el entonces edil municipal de San Pedro Cholula, Juan Pablo Jiménez Concha, con Mange Zamora demuestra que el ayuntamiento pagó un sobreprecio al intermediario que asciende a 67 pesos con 50 centavos por metro cuadrado del terreno; sin embargo, los ejidatarios sólo obtuvieron la cantidad de 45 pesos por metro cuadrado, 22 menos del acuerdo pactado por el Cabildo.


La Universidad Politécnica es parte de un proyecto educativo iniciado por Marín Torres el 14 de noviembre de 2005. El programa cuenta con una inversión inicial de 41 millones de pesos y con capacidad para atender a 5 mil alumnos.

La incongruencia.- Cuando fue presidente municipal de San Pedro Cholula, Juan Pablo Jiménez Concha modificó el reglamento de ecología para evitar que el Centro Histórico estuviera plagado de publicidad electoral. Hoy que el priista es candidato a diputado federal colocó su propaganda en la zona prohibida, es decir, en fachadas del primer cuadro de la ciudad cholulteca.
Un dato más sobre este personaje. En la mayoría de las calles que se adoquinaron durante su administración municipal hay casas de sus parientes, es decir, aprovechó el poder para servirse con la cuchara grande y para beneficiar a sus familiares.

por el partido tricolor, está el también ex presidente Juan Pablo Jiménez Concha, quien es conocido por fraudes a proveedores.

Los cholultecas, particularmente en el municipio de San Pedro Cholula, recuerdan que la gestión de su ex presidente, Juan Pablo Jiménez Concha, fue caracterizada por tener deudas y defraudar a proveedores, incluso a varios medios de comunicación se le quedó a deber facturas por cantidades considerables.

De igual manera algunos reporteros no olvidan que el entonces presidente municipal fue evidenciado por las autocompras que realizaba en su hotel y restaurante que se ubica en el Portal Guerrero, ya que las cuentas las facturaba a nombre del ayuntamiento.
Las deudas sólo fueron con proveedores desconocidos, ya que los adeudos con proveedores que venían de su misma familia fueron cubiertos al pagar las facturas en su totalidad, cosa que con los demás no sucedió.

Durante su administración tuvo constantes manifestaciones ciudadanas por el rezago en las juntas auxiliares y en el municipio, además los propios ediles subalternos se quejaron constantemente y protestaron por la repartición desigual de las participaciones.
Hay que recordar que Jiménez Concha ha sido elegido por segunda ocasión consecutiva como candidato a la diputación federal, ya que la primera vez fue derrotado por su parienta, Dolores Parra Jiménez, hoy diputada federal por el Partido Acción Nacional.

Asimismo los cholultecas se quedaron en la espera de que Juan Pablo Jiménez lograra delimitar su territorio con los municipios colindantes.


Habitantes de Chulula Protestan contra Juan Pablo Jimenez Concha y sus Fraudes, Corrupción, nepotismo, Prepotencia... (y el muy cínico se atreve a criticar a otros, cuando Él fue de lo peor).
Myrna Rojas Flores
San Pedro Cholula

Medio centenar de lonas colocadas en fachadas de casas y comercios con consignas en contra del saliente presidente municipal, Juan Pablo Jiménez Concha, fueron retiradas durante esta madrugada por supuesto personal del ayuntamiento.Los letreros fueron instalados la semana pasada en las propiedades de un grupo de vecinos inconformes con la actual administración y que son encabezados por el excandidato del Partido Acción Nacional a la alcaldía, Pablo Melgarejo Luna.
La protesta se lleva a cabo en vísperas del informe del edil, programado para la tarde del martes 12 de febrero en el recinto ferial, y a diez días de la toma de posesión del nuevo munícipe, Francisco Covarrubias Pérez, que se realizará en la Casa de Cultura.En las lonas tenían impresas reclamos hacia Jiménez Concha como la presunta compra fraudulenta de terrenos para el establecimiento de la Universidad Politécnica, la marginación en obra y participaciones a las juntas auxiliares, la quiebra de cientos de negocios por el cierre de calles durante el rescate del Centro Histórico, así como el aparente tráfico de influencias en la asignación de obra pública y adquisiciones.
Sin embargo, el director de Servicios Públicos, Rodolfo Mendoza Cosío, negó que el ayuntamiento haya ordenado bajar las lonas. En tanto, el regidor de Hacienda, José Manuel Ceja Tapia, aseguró que las autoridades municipales respetan la libertad de expresión y agregó que las finanzas de la comuna siempre fueron trasparentes y que los beneficios se extendieron por igual a la cabecera y juntas auxiliares. Mientras el dirigente del Comité Municipal del PAN, Rogelio Toxqui Anaya, deslindó a su partido de esta protesta, el exabanderado blanquiazul Pablo Melgarejo Luna confirmó que un grupo de vecinos que —adelantó— pronto se constituirán legalmente en un movimiento ciudadano son los responsables de la manifestación.
“Es un verdadero bandido”En entrevista, Melgarejo Luna aseguró que como “un verdadero bandido” el todavía presidente, Juan Pablo Jiménez Concha, ordenó quitar las lonas de las casas y negocios de vecinos “cansados de sus promesas incumplidas y de la corrupción que predominó en el trienio” que terminará el próximo 15 de febrero.Tras el retiro que consideró un acto de censura, anunció que intensificarán la difusión de las irregularidades cometidas durante la actual administración.
Y anunció que el próximo edil, Francisco Covarrubias Pérez, también será sometido a una vigilancia permanente sobre sus actos de gobierno y decisiones administrativas, al igual que a un seguimiento en el cumplimiento de su programa de gobierno.

viernes, 5 de junio de 2009

Corrupción y abusos del poder. MARIO MARIN

Alicia, a sus 20 años estudiantiles, es parte de la masa que ha salido a las calles en Puebla el domingo 26 de febrero con el ánimo simple de derrocar al gobernador Mario Marín. Sus ojos de bióloga contienen preguntas para el análisis de esta tolvanera poblana que se parece al viento helado que nos conmueve. “¿De dónde ha salido tanta gente? -dice-. ¿De dónde viene? ¿Esto que ocurre en México hacia dónde nos lleva?”. Alicia, como la inmensa mayoría de los jóvenes mexicanos, no encuentra una memoria regional reciente, ordenada, escrita, ni qué decir cinematográfica, a la mano. Sin embargo, para las masas que ocupan las plazas hay historia.

1. Primer acercamiento, una simple consideración de lo vivido. “Qué bonito es lo espontáneo”, me dice Checo Sánchez, un empresario de 58 años, hijo de Abelardo Sánchez Gutiérrez, baluarte de la derecha poblana en los años sesenta, fundador de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, en 1973, cuando la alianza de priistas y comunistas -que se ajustarían las cuentas después- expulsó de la Universidad Autónoma de Puebla a todo aquel que oliera a FUA (Frente Universitario Anticomunista) y a escuela confesional. Masa y espontaneidad, contradicción antigua. “Me cae que tenemos una ciudad hermosa -afirma Checo Sánchez, y rompe cualquier pesadumbre y coyuntura-, mira ese azul entre la nubes…”.
Es el cristalino cielo poblano, que por un instante, y como tantas veces en su vida, lo trastorna: el cielo poblano, intenso azul, retenido todavía contra el luminoso templo de Guadalupe, en el Paseo Bravo, con las nubes como un apunte del viento y la sombra que acompañará la mañana de una masa que no duda de su poblanía, que conoce de las traiciones del clima, de los requiebres del tiempo, de sus estocadas frías, inclementes.
Una voz, que ahora mira al cielo y reconoce su sangre; no le importa el griterío, ni siquiera el día y lo que nos convoca, él mira el cielo antiguo de una ciudad acostumbrada a los delirios y las pasiones políticas: ahí está su traza de sol y sombra contra sus cúpulas y campanarios, sus casonas y sus reliquias.
Por un instante, frente a ese espejo del mundo, a quién le importa Marín, a quién le importa la política.

2. El helicóptero de la policía rompe el encanto, se barre sobre la avenida en un despliegue de técnica y disposición para medir la calidad y la cantidad de la marcha. Arranca desde la antigua penitenciaría, de la que escapara en los años sesenta un ratero afamado, el Capitán Fantasma, y corre desde el Paseo Bravo por todo Reforma hacia el Zócalo, con el tiempo suficiente para entretener a la masa, que no halla la hora para iniciar la caminata, justo frente a la Villita, entre la 11 y la 13 Sur, desplegada en todos los colores ideológicos y de clase, con la uniformidad de la convocatoria, la de tirar una vez más a un gobernador del régimen priista que ha controlado Puebla desde 1935, cuando el PNR de Lázaro Cárdenas impusiera como hombre fuerte al teziuteco Maximino Ávila Camacho. En 1964 cayó el general Nava Castillo; en 1971 el general Rafael Moreno Valle; en 1973, Gonzalo Bautista O’Farril. Eran tiempos de masas y tanquetas del ejército, de gases lacrimógenos y balaceras en las azoteas de las casonas.
Ahora sólo hay masas, y me pregunto si la misma espontaneidad.

1964: Atrás quedó el pleito entre mochos y carolinos, entre cristianismo sí/comunismo no. Ahora es el momento de tumbar al militar impuesto por Díaz Ordaz, el presidente electo que anda de viaje y no será capaz de impedir una conjura urdida en las oficinas del presidente López Mateos; el general Nava Castillo, el que tomó partido por unos y se metió en el pleito de otros y provocó, entre una revuelta de campesinos lecheros y estudiantes sesenteros, a una ciudadanía que ya no hallaba el rumbo sometida entre el autoritarismo eclesiástico y el académico, y una burocracia feliz en el letargo de la dictadura. La ciudad de Puebla comprobó el paso del tiempo y los rencores de la clase media. Cayó, sin miramientos, y a pesar de los tanques en las calles, el general Nava Castillo.

1973: “Estoy girando en este momento -grita frente a una masa en el Zócalo el gobernador Bautista O’Farril, también impuesto por Díaz Ordaz en relevo del fracasado doctor y general, como le decían, Rafael Moreno Valle, echado del cargo en 1971-, las órdenes de aprehensión contra el rector de la Universidad Autónoma de Puebla”. No llegarán a tiempo. En esa guerra que logra la alianza entre los gobernantes priistas y la derecha poblana, la cabeza que rueda es la del gobernador, acosado por sus propios encierros ideológicos y por las mudanzas de los entonces imperiales presidentes de la República -Luis Echeverría en turno-. Junior auténtico de la Revolución, Bautista cargará con los homicidios nunca aclarados de los profesores universitarios Enrique Cabrera y Joel Arriaga en 1972.

3. Alicia tiene 20 años. ¿Qué le devela el caso Marín? ¿Qué procesos sociales están ahí, ocultos para cualquier joven envuelto en esta masa que empieza a moverse sobre la avenida Reforma, y que ni siquiera acontecimientos de esta magnitud logran revelar? Son las preguntas por la región, por el país en detalle que no adquiere dimensión nacional sino hasta que alcanza el carácter policiaco. Cualquier valoración de la coyuntura obliga a una mínima apreciación histórica de una trama social que una vez más rebota con sus gritos contra las fachadas de los edificios. Cuántas cosas no ha visto de esta ciudad Alicia. No voy a ir muy lejos. Dos décadas de masas de la Reforma al Zócalo. Es la misma avenida. La Reforma, la borracha, la calle tomada, decimos. Así lleva un siglo, así que toda referencia a la historia hay que buscarla en la masa misma: “Si Carmen Serdán viviera los demonios del Edén escribiera”, leo en uno de tantos carteles que la gente lleva. Y Carmen sí se fue a la guerra. “Lo significativo es que hoy salió la clase media -me dice un político de Tehuacán, curtido cardenista, hoy funcionario en el gobierno michoacano-, eso no sucedía desde los tiempos carolinos”.
O una mujer de 82 años que por primera vez participa en una manifestación -la única vez que caminó por el centro de la avenida Reforma fue como escolar en el desfile del 5 de mayo de 1937-, y que dice: “Ustedes no conocen lo que es vivir en una dictadura, no se imaginan lo que fue vivir en el avilacamachismo”.
Por 50 años, y más allá del Zócalo, a la Reforma la llamamos la Maximino, en honor al sátrapa Maximino Ávila Camacho, camarada del presidente Lázaro Cárdenas y compadre del Gringo -como le decían en Izúcar a William Jenkins, el contrabandista de alcohol en el ingenio de Atencingo en la era gangsteril de la ley seca en Estados Unidos, y el patrono de la distribución cinematográfica en México, y quien, en un descargo comprensible de reconocimiento por Puebla, creara la Fundación Mary S. Jenkins, con 150 millones de dólares de 1963, el año de su muerte, sólo para que la manejara a su arbitrio, y por 35 años, el banquero Manuel Espinosa Iglesias, quien no tuvo empacho en olvidar todos los propósitos del millonario: la educación pública, el orfelinato, el hospital de oncología, la ampliación del sistema deportivo popular Alfa-. Maximino Ávila Camacho, el empleado postal teziuteco en 1913, nuestro general revolucionario, dispuso del estado como de su casa, y por mucho, por sus hermanos, por sus compadres y sus ahijados, por lo menos 60 años después de muerto. La Maximino, la hermosa calle de la dictadura es la espléndida calle de la burocracia, plantado como tenía en ella el palacio de gobierno, en la esquina del Zócalo con la 2 Norte. En 1996, el presidente municipal panista Gabriel Hinojosa recuperó la calle para el obispo novohispano del XVII, Juan de Palafox y Mendoza, quizás el único político con una verdadera visión de futuro en la historia de Puebla.

Por ello, entre estas fuerzas que nos contienen -qué antiguas son: liberales y conservadores, centro y región, inteligencia y cerrazón-, la memoria para ejercerla mientras el griterío de la marcha hilvana los trazos del tiempo contenidos en los años frágiles de mi hija Alicia. Son imágenes las siguientes como mojoneras que establecen los ámbitos profundos de una sociedad en movimiento -con la capital como punta de lanza de una compleja trama económica y social—, pero que en su inercia nacional de modernización carga en su entraña lastres antiguos de un país que ya no es, pero que sigue vivo en Puebla.

1983: Cualquier día en Houston, Texas, Eulogio Huesca Zapata, sobrino nieto del general Zapata, recibe a un grupo más de paisanos de Zacapala que, desde la Mixteca Baja, a 80 kilómetros al sur de la ciudad de Puebla, han cruzado la frontera en Texas para trabajar en la limpieza de tiendas y escuelas en esa ciudad petrolera. Eulogio salió 20 años antes, arrojado por la pobreza de la tierra que repartió la Revolución que no ganó su tío abuelo, pero en dos décadas ha logrado levantar un negocio indispensable en el trasiego de los ilegales mexicanos a Estados Unidos: presta los dólares para el viaje; les da cobijo a los mojados mientras arreglan acomodo en un trabajo; después, cobra disciplinadamente quincena tras quincena su capital y sus intereses. Poco a poco, y desde lejos, se convierte en el nuevo cacique de su pueblo. Punto de quiebre: la sequía de 1982 arrecia en los campos del sur mixteco, el hambre y la muerte azotan las familias, en un hecho histórico que no forma parte de los anales de la historia de Puebla. El éxodo, la masa disuelta, la ausencia. Don Eulogio Huesca Zapata, allá en Houston, prospera. En el largo plazo de una generación, entre 1980 y 2005, el concepto de pueblayork se extiende en más de 600 mil migrantes y remesas cercanas a los 900 millones de dólares anuales. La salvación del campo y del estado en Puebla, una entidad que contiene a México en su concentración (cerca de tres millones de personas viven en no más de siete ciudades, contando la capital) y su dispersión (dos millones de personas diluidas en 200 municipios, 800 pueblos y seis mil aldeas).

1983: El PRI pierde la elección municipal seis a uno, pero es otro país, así que el gobierno recurre igual al ejército para robar las urnas, que a los judiciales y a los funcionarios del Ayuntamiento para rellenarlas y cubrir las apariencias que le permitan presentar su victoria con un considerado tres a uno. La masa sale a la calle, con manifestaciones encabezadas por el candidato panista, el textilero Ricardo Villa Escalera. No hay tribunal que valga. El PRI no se ha robado todavía la elección en Chihuahua, ni ha ocurrido el sismo de 1985, así que la presidencia de la República sigue siendo imperial y no habrá ninguna batalla de Puebla.

1987: El gobernador Mariano Piña Olaya ha venido de fuera a gobernar el estado en el que nació por casualidad -sus padres eran maestros en la Normal Rural de Champuzco, en Atlixco-. Con su llegada se han ido los viejos militares policías Flores Narro y Álvarez Moguel. Todavía no otorga el mando al mayor José Ventura Rodríguez Verdín, hijo él del capitán Rodríguez, jefe policiaco local en los sesenta y setenta. Ahora es el momento de los hermanos Inurreta, hijos del militar fundador de la Dirección Federal de Seguridad en 1947; uno de ellos ha sido judicial de la Procuraduría General de la República. Señalado por el narcotraficante Rafael Caro Quintero en su proceso como uno de los agentes en su nómina, desaparece del mapa hasta que Piña Olaya lo nombra jefe de la policía en Puebla. El territorio es de ellos: de boca en boca se lleva la historia de las avionetas del narcotráfico y las pistas de aterrizaje en las carreteras del aeropuerto de Huejotzingo y la de Valsequillo a Tecali. Todo mundo rumora del general poblano y su actividad desde la jefatura de la XXV Zona Militar en ese tráfico de vuelos.

Pero hay más: ni qué decir de las cuotas que tienen que pagar los mandos de policía y tránsito a los Inurreta, o las francachelas con las putas de la casa de Rosy ahí en la avenida Juárez. Llegan lejos los Inurreta: asaltan la casa de una mujer amante de un general de apellido Camargo; además de robar joyas intentan la violación de la hija; furibundo, el militar llega hasta la oficina de Inurreta pistola en mano. Supongo que lo contienen. Pero los cercos están rotos con los asaltos a las casas del propio secretario de Gobernación en funciones, Marco Antonio Rojas, y de uno de los principales exponentes de la colonia libanesa, Pedro Budib. Piña Olaya fue sometido por el presidente Salinas y los señores Inurreta abandonan el estado, por supuesto sin averiguación previa de por medio. También se va el general poblano, si no recuerdo mal, a la jefatura militar en Tamaulipas.

1989: 1° de mayo, las dos horas continuas de la columna independiente en el desfile sorprenden a los notables de la corte en una tribuna de 65 asientos -es la apoteosis de nuestro estalinismo-; el grueso lo forman los ambulantes, locatarios y amas de casa de la organización 28 de Octubre y Unión de Amas de Casa. Pasan con ánimo de unidad y de mostrar fuerza. Sus mantas: “Sector Verduras: muera el imperialismo”; “Primero de Mayo, revolución proletaria mundial, viva el marxismo leninismo pensamiento Mao Tse Tung”. Y el grito cantado por esa masa inexplicable para los jerarcas: “Aquí está el 28, gritando bonito y padre, pinches priistas, su gobierno vale madre”. El martes 4 de julio siguiente, Rubén Sarabia, Simitrio, dirigente de la organización popular de ambulantes 28 de Octubre, creada en 1973 luego de una represión policiaca, es detenido en la ciudad de México; el viernes 7 ingresa en el Cereso de San Miguel. Los cargos: delitos contra la salud, acopio de armas, incitación a la rebelión y privación ilegal de la libertad.
Todos, menos los jueces, sabemos que la policía estatal, al mando del mayor José Ventura Rodríguez Verdín, plantó un cuatro en el corralón de la 28 en la 14 Poniente con el que el gobierno logrará el encierro del dirigente por los siguientes 12 años. Entre 1973 y 1987 Simitrio trató con el mayor Flores Narro, el antiguo jefe policiaco, ambos jugaron las reglas de “te aprieto pero no tanto”, para llegar por último a la negociación para la salida de los ambulantes a los llamados mercados de apoyo, como el Hidalgo, en el norte de la ciudad. Simitrio tensó las cosas hasta un extremo con el gandallismo de los taxistas piratas de la base Corsario, con la fayuca, con los inquilinos de las vecindades, con la venta clandestina de alcohol en los mercados. Flores Narro y él al final se entendieron en el mexicano arreglo de la sobrevivencia mutua: la 28 se mantuvo como organización popular independiente y el gobierno logró su salida de las calles del centro. Tres años después, con un nuevo policía y un nuevo gobierno, ya no hubo acuerdo. Otro militar, Xavier Rueda, opera con las reglas de la vieja Dirección Federal de Seguridad. En unos cuantos meses pasa todo: la detención lapidaria de Simitrio, el ajusticiamiento de Gumaro Amaro, dirigente de la Unión de Amas de Casa, a plena luz del día y a las puertas de su casa, apenas unos días después de una impresionante movilización de más de 20 mil mujeres de los cinturones pobres de la ciudad.

1989: Partida en dos, la Universidad Autónoma de Puebla, la llamada universidad democrática, crítica y popular, dominada por cuadros del Partido Comunista en Puebla desde 1975, se bate en guerra civil. El 21 de diciembre por la tarde, y luego de una semana de refriegas en las calles del centro, el grupo respaldado por el gobernador Piña Olaya, que ha tomado la universidad y ha expulsado al rector Samuel Malpica, decide cortar a balazos el intento de sus rivales por recuperar el edificio Carolino. En la Plaza de la Democracia queda tendido el cuerpo del profesor universitario Miguel Antonio Cuéllar Muñoz. La etapa que sigue, conocida como “la era de los Dóger” -José Dóger Corte y Enrique Dóger Guerrero, primos hermanos, gobernaron la institución entre 1990 y 2004-, realizará la modernización administrativa, reducirá la matrícula de 100 mil nominales a 40 mil, elevará el presupuesto hasta superar por dos tantos el del Ayuntamiento de la ciudad, transformará la fachada y la entraña de la administración, con sus cuadros dirigentes formalmente afiliados al Partido Revolucionario Institucional. 1991: Montado en una expropiación federal, el gobernador Mariano Piña Olaya vende ilegalmente entre empresarios poblanos terrenos ejidales sobre los que se fundará un programa de reordenamiento urbano de la ciudad de Puebla. Y los clientes sobran.
Pagarán hasta cinco veces más por el metro cuadrado, y sin documentación alguna. Piña Olaya, con el mote de rapiña, se irá muy contento a su casa en el Distrito Federal. El subsecretario defraudador, Alberto Esteban Morelos, gozará como premio de una notaría en Tecali y años después será recontratado por el gobernador Melquiades Morales en su mismo cargo. En medio de todo el litigio, la movilización campesina contra la expropiación es paralizada con el asesinato nunca aclarado del comisariado ejidal de Momoxpan.

1992: La armadora alemana Volkswagen ve venir el Tratado de Libre Comercio salinista y estira hasta la ruptura la cuerda del sindicato que ha cobijado siempre, primero con la CTM en los sesenta, después con la Unidad Obrera Independiente del cacique obrero Ortega Arenas, y al final con un sindicato independiente de centrales y afiliaciones, aislado y manipulable; la huelga dura más de un mes y termina con la derrota obrera total, fuerza pública de por medio, y el desmantelamiento de las bases originales del contrato de trabajo. El sindicato acepta la llamada fractalización, por lo que operaciones directamente relacionadas con la fabricación de los autos serán realizadas por compañías externas. Siemens (arneses), Seglo (logística), Venteler de México (frenos), Johnson y Control (asientos), Dyw Auto Accesorios (rines), entre otras 150 empresas de proveeduría. Diez años después, la relación de autos vendidos quedará 80-20 favorable a la exportación a Estados Unidos.

1993: Manuel Bartlett, que ha asumido el cargo de gobernador el 1 de febrero, propone su “megaproyecto para recuperar la grandeza de Puebla”. Dos años después del despojo y la defraudación inmobiliaria de Piña Olaya, el gobernador Bartlett desconocerá las compraventas, reembolsará la quinta parte a los defraudados, y desarrollará el Megaproyecto Angelópolis sobre la misma expropiación del territorio campesino. Mil cien hectáreas arrebatadas por el progreso tan sólo a los ejidatarios de San Bernardino Tlaxcalancingo. Palabras como reordenamiento urbano, planificación, modernización aparecen en los legajos de la empresa consultora Mackensy, a la que el gobierno estatal paga 34 millones de dólares por los proyectos, y margina como proveedoras de conocimiento a las universidades de educación superior poblanas UAP, UDLA, UPAEP, Ibero. Expropiación de centenares de casonas en el centro histórico, centro de convenciones, acueducto desde los pozos perforados en los pueblos cholultecas de Acuescómac y Nealtican, periférico, radiales viales, transporte colectivo, 25 mil viviendas, agua potable, plantas de tratamiento. Bartlett restriega a los poblanos su ilustración y su despotismo, tan rancios como sus ligas con los poderes federales y la cartera pública, pues por primera vez en 30 años el gobierno de la República destina a fondo perdido los recursos necesarios para el desarrollo de un proyecto público en Puebla. Todo pasa por una cuota autoritaria: represión policiaca al descontento campesino; picota y trascabos contra las casas ocupadas por las familias que promovieron amparos contra la expropiación de las casonas en el centro; cambio al uso del suelo del decreto expropiatorio, con la pérdida de más de 60 hectáreas de áreas verdes; transacciones ocultas al público, como las que derivaron en el regalo de más de 45 hectáreas al empresario Carlos Peralta y 10 más a los Legionarios de Cristo.

1995: Una semana antes de las elecciones municipales, el 19 de noviembre, eufórico, Manuel Bartlett invita al grupo Bronco a un concierto de inauguración del periférico ecológico, una línea de 29 kilómetros de los que sólo seis cuentan con los seis carriles para la ida y la vuelta, que acabará como el chiste más malo y costoso del barttlismo. Tal vez 50 mil personas se divierten en el descampado de la expropiación. Una semana después, en el domingo electoral, por primera vez en la historia de la ciudad, el PAN le arrebata al PRI la capital del estado con una votación de dos a uno.

1998: Domingo 7 de noviembre, elecciones municipales; la historia se le viene encima al gobernador Bartlett, pues una vez más se le cae el sistema, ahora en la ciudad de Puebla; a las 10 de la noche no hay resultados, ni a la medianoche, ni al día siguiente. Crisis política y riesgo de elección impugnada por PAN y PRD. Mitin en el Zócalo el 14 de noviembre: Felipe Calderón Hinojosa, presidente nacional del PAN, rompe el acuerdo con los perredistas que impulsaron al sorprendente candidato futbolero Emilio Maurer, probable triunfador si el cómputo no hubiera estado en manos de la maquinaria priista.
El PAN se hace a un lado y no hay impugnación del proceso electoral. El PRI gana en los medios. Salvado por el PAN, el antiguo burócrata de Gobernación escucha en las tertulias con sus amigos: “de norte a sur se oye un clamor, Mario Marín gobernador”. 1999: Domingo 17 de octubre, miles de personas desplazan hacia el Zócalo víveres y materiales de toda índole para los damnificados de la sierra en una movilización que rebasa por mucho la aletargada respuesta de las instituciones gubernamentales frente a la catástrofe. Una tormenta tropical devasta entre el 4 y el 6 de octubre la llamada Sierra Norte de Puebla. Inundaciones y desplazamientos de tierra se llevan miles de viviendas, escuelas, edificios, campos de labor. Más de 250 muertos. Centenares de pueblos incomunicados. El esfuerzo de 50 años en caminos, escuelas, luz eléctrica, en buena medida, se lo han llevado los ríos. Sumado al terremoto del 15 de junio de este mismo año, la pérdida de viviendas rebasa las 10 mil. La naturaleza desnuda la precariedad del estado poblano, la pobreza de sus pueblos, la marginación extrema de la población indígena. El gobernador Melquiades Morales mirará con ironía que, por primera vez en la historia del estado, el gobierno de la República destina a fondo perdido más de 600 millones de pesos para la reconstrucción.
2001: Arranca el gobierno de Vicente Fox. En Puebla está en auge el espejismo exportador fundado en el capitalismo salvaje. La industria maquiladora genera 15 mil empleos en Teziutlán y 32 mil en Tehuacán. Decenas y decenas de fábricas de autopartes proliferan alrededor de la planta de Volkswagen, con cifras en empleo superiores a los 50 mil puestos de trabajo. Dos huelgas, la primera en diciembre del 2000, en la trasnacional Siemens, productora del entramado eléctrico de los New Beatles, y la segunda en enero del 2001, en la maquiladora coreana Kuk Dong, en Atlixco, perfilan las condiciones laborales de lo que muchos consideran un espejismo económico: mano de obra mayoritariamente femenina, salarios que no superan los cuatro dólares por día, jornadas de entre 10 y 12 horas, sindicatos blancos o de control charro (croquista) puro. El paro en Siemens inicia por el descontento de las mujeres por la comida en la fábrica; la huelga en Kuk Dong arranca por la rebelión de las costureras contra el despido de cuatro supervisoras que se quejaron por la mala calidad de los alimentos.

2003: El gobernador Melquiades Morales y Vicente Fox inauguran las instalaciones del Tecnológico de Monterrey plantadas en Angelópolis, en 25 hectáreas que le donan a los regios, parte de un terreno de 45 hectáreas a su vez donadas por Manuel Bartlett a Carlos Peralta, dueño del campo de golf vecino La Vista Country Club. Melquiades llega a afirmar en público que el regalo al Tec fue el único pretexto para quitarle por lo menos una parte al ex dueño de Iusacel. Estamos en plena explosión inmobiliaria en el territorio de las expropiaciones. Los grandes capitales comerciales -CARSO, Liverpool, Palacio de Hierro, Wall Mart, Comercial Mexicana, Cinépolis, Cinemark, etcétera- convierten el sueño de Manuel Bartlett en realidad: Angelópolis atrae una expansión extraordinaria sostenida por el consumo de las ciudades del sureste; fraccionamientos residenciales y campos de golf conviven con la explosión de miles de pies de casa de 20 y 40 metros cuadrados. Los viejos apellidos árabes y españoles que desde los ochenta huyen de la industria se convierten en los nuevos potentados del desarrollo inmobiliario. En las 20 hectáreas que el gobernador Bartlett le regalara a Carlos Peralta, el todopoderoso hijo de Alejo Peralta construyó un remedo de parque de diversiones llamado “Valle Fantástico”.

4. En el Zócalo, Alicia mira a Flor Coca Santillana, periodista y académica de la Universidad Autónoma de Puebla, la maestra de ceremonias en esta manifestación: ignora que el abuelo de Flor, Leobardo Coca, sindicalista textil en los años treinta, murió ejecutado a la luz del día en una calle del centro de la ciudad por matones de Maximino Ávila Camacho, gobernador en la era del presidente Lázaro Cárdenas; su mujer no se había enterado de la muerte de su marido cuando de la oficina del dictador le llegó a su casa una corona funeraria. Años después, los herederos de Maximino bautizaron con el nombre de aquel obrero a una colonia popular en el sur de la ciudad. La vida da vueltas, y ahí está su nieta al frente de una masa que increpa al gobernador Marín, la expresión última de la burocracia que ha controlado por más de 60 años el poder en Puebla.
¿De dónde viene Marín? ¿De dónde Melquiades Morales? De dos pueblitos, en su tiempo aldeas, para pasar por la vía de la carrera universitaria a la militancia del PRI y a los oficios recónditos de las secretarías particulares. ¿De dónde viene Manuel Bartlett? ¿De dónde Mariano Piña Olaya? De los escritorios profundos de Gobernación, de las bancas antiguas de la escuela de un presidente. En esos dos extremos, la burocracia local y la imposición federal, la sociedad poblana ha derivado entre la parálisis por sus crisis políticas y la medianía del estancamiento económico, pero siempre sometida a los rigores, las intrigas, los crímenes y los discursos de su clase política. Pero en el más puro estilo de los pasillos de Bucareli -el espionaje telefónico filtrado a la prensa-, se ha desatado nuevamente el reclamo de la masa al poder, representado por un hombre que en los últimos años supo mover los hilos rancios del culto a la personalidad.
Mario Marín nació en 1955, como uno de los 11 hijos de una familia que en los índices de la Sedesol caería sin duda en la categoría de marginación extrema. No caen muy seguido las tormentas en Nativitas Cuautempan, en plena Mixteca Baja, en el centro sur del estado de Puebla, pero de ese pueblito -y a la manera del ex gobernador Melquiades Morales, quien no deja de recordar la mañana aciaga en que abandonó la aldea en Chalchicomula- salió a pie a la ciudad de Puebla; también estudió leyes, y por supuesto en la UAP, en los años setenta. Lo apadrinó otro santón de la política priista, el actual presidente del Tribunal Superior de Justicia, Guillermo Pacheco Pulido, a principios de los ochenta, quien como magistrado lo contrató de tinterillo en el Tribunal, y ya como presidente municipal, en 1987, se lo llevó como secretario particular. De ahí todo fue escalar desde las oficinas municipales a las estatales, siempre en Gobernación. Piña Olaya y Bartlett, los dos extranjeros, pelearon sus guerras contra los santones locales, y se apoyaron en políticos de segunda línea, que no dudaron en jugar los dados de los gobernadores. Como subsecretario primero, y como secretario después, Marín cumplió con el cometido de toda Secretaría de Gobernación de la era priista: amañar las elecciones y aplicar la fuerza donde la política lo requiriera.

Con el encarcelamiento de campesinos contrarios a la perforación de pozos de agua potable para la ciudad de Puebla, en la región de los pueblos de Cholula, o en la represión de movimientos populares como el de la 28 de Octubre en 1995, por ejemplo, Marín se ganó a pulso su alineamiento con el gobernador Bartlett, y por supuesto la candidatura para la presidencia municipal en 1998. Jugó sus cartas como alcalde, no hubo freno en el uso de los recursos públicos para impulsar su imagen, y a pesar de la derrota del PRI en las elecciones municipales de 2001, arrebató a Melquiades el control de la estructura del partido en el estado, tendió sus puentes hacia las amistades y los recursos de personas como Kamel Nacif y brincó al carro madracista que lo llevó a la gubernatura en 2004. Atrás quedaron sus lazos con Manuel Bartlett. Sus partidarios más cercanos llegaron a verlo como el secretario de Gobernación de la restauración priista en 2006 y, por qué no, futuro presidente de la República. Marín, efigie, esculpió su propio culto. Y su propia caricatura.

2001: 15 de febrero, segundo informe de Marín como presidente municipal. El culto a golpe de pala. La figura, en el pedestal de la imagen, no se fragmenta. En la era electrónica, el aparato ya no necesita de las masas. Mejor aún, el milagro de la comunicación: las masas ya no necesitan de los actos públicos. Quebrará el sistema, pero se sostendrán los líderes. En el auditorio de la Reforma, en el cerro de los Fuertes, hace justo un mes, Melquiades Morales acaparaba las miradas y los aplausos para confirmar que es el poder presente. Hoy es la fiesta de Mario Marín, y pocas veces la liturgia del Informe reproduce los viejos tiempos. Pero no todos: afuera, en la explanada, no hay masas ni porras ni pancartas. No hay acarreo. Y, a juzgar por el video, no es que el bolsillo que esculpe el monolito de la personalidad del futuro ronde la insolvencia o se rija por pruritos republicanos y austeros. ¿Qué ocurre? Si hoy el viejo sistema se reproduce a la perfección dentro del auditorio, ¿por qué no están las sufridas masas para cantar que sigo siendo el rey y aquí están los altavoces para confirmarlo? No, no hay masas ni porras en la explanada del auditorio de la Reforma.

Apenas entiendo, pero Mario Marín no acarreó colonos o ambulantes, no necesitó de combis o microbuseros para el oficio del Informe. Los jerarcas llegaron en suburbans. Una mayoría de burócratas, ceñida al empleo, llenó la galería y cumplió de corifeo en el rito antiguo de los hombres que se esculpen a sí mismos: orgulloso, solitario, militante, Marín se modela para el poder.

Para la historia nuestra, la de este día marca el segundo año en la construcción de un culto a la personalidad. Hace un año, en el primer Informe, Mario Marín dijo: “Es el principio, yo soy el hombre….”. Inició entonces, sin remilgos, ya no en las cenas con la cofradía, sino desde su cargo público, la carrera al trono de nuestro pequeño reino.

Mario se mira de nuevo en video. Lo mira Melquiades. Hace mucho que uno y otro se miran a sí mismos, son su espejo, los separa un escritorio. Imagino su monólogo: “El hombre político siembra futuro para llegar al poder. Parte de abajo, caravanea, es su sombra la que mira desde arriba. Esculpe su personalidad en la grilla en corto, en el templete, en la imagen electrónica. En todo momento es ahijado y padrino, aplaudidor y, poco a poco, el aplaudido, el hombre que salió del escritorio oscuro para mirar desde tribuna con el rostro del que salva a las masas, el poseedor del futuro”.

Escribo estas frases para el monologo moderno de un político cruzado en la estantería del sistema, alentado por los moribundos dinosaurios en el sueño de la Restauración. Dice el italiano Norberto Bobbio que la tarea del hombre de cultura es sembrar dudas, no recoger certezas. Y lo dice siempre ilusionado por entender la relación entre los intelectuales y el poder, pero con la sabiduría de un viejo que ha visto demasiadas equivocaciones como para creer en la salvación por los iluminados. De tantas certezas electrónicas, de tanta liturgia megalómana, este poder arcaico que domina Puebla se deshace en dudas, se desmiente en proezas y se reproduce de nuevo a sí mismo. De Mario Marín guardo cuatro imágenes delirantes: en el video, lo miro paleando tierra a la manera de los grandes e infernales líderes europeos en los años treinta; Mario palea y los fotógrafos lo catapultan al futuro, el suyo es un espíritu que se piensa para las masas que lo admiran porque con él el mundo dejará de ser una desgracia. Y si besa niños y da banderazos de salida a corredores esforzados es porque él bendice y encauza destinos. En el salón de protocolos del Ayuntamiento se manda pintar en un mural como constructor de la ciudad, casco de por medio, arropado por sus arquitectos, embelesado en el plano de sus sueños. A la altura de las visiones del presidente municipal, el empresario José Abed levanta en su honor una estructura metálica de estación ferrocarrilera coronada por una bola dorada desastrosa, y que Marín bautiza como la torre del milenio.

Una última imagen: terminado el video, se encierra en la entrega del viejo aparato al informante municipal: Mario Marín apenas parado tras la mesa pétrea de Melquiades Morales y Pacheco Pulido, es por un instante el futuro de la cúspide en ese monumento gris a la jerarquía mayor de la burocracia que ha gobernado Puebla desde hace 60 años. Entre los santones de la política priista hay uno nuevo, todavía más santón, más joven, mestizo y fiero, para decirles a todos que él es el renacimiento.

5. 26 de marzo de 2006, nueva marcha y nueva masa en la crisis política poblana. A la vista, un probable pacto de sobrevivencia entre Marín y el gobierno federal, con la creación de una fiscalía antipederastia inaugurada por los funcionarios foxistas Medina Mora y Yunes; el gobernador en el clandestinaje -ni siquiera puede rendir homenaje a su santón Juárez-, intenta recomponer el amasiato con la prensa y los empresarios constructores del sexenio, paga del erario público una campaña de limpia de imagen y descalificativos electorales, mientras sus funcionarios, crispados en “el agravio al señor licenciado”, pasan de la parálisis al espionaje de los opositores.
Mediodía en el Zócalo. No son 40 mil pero sí rebasan los 10 mil. No hace frío, pero va a llover. Los gritos y las consignas son mucho más airados -hay uno extremo: “¡Maldito el cerro que te parió, Marín, come nopales!”-. Es la personalidad partida, la injuria racista contra el déspota. No puede haber otro tono frente a tal indefensión pública. En la memoria las frases de dos hombres acostumbrados al delirio que los ha esculpido a imagen y semejanza: “Mi góber precioso…”, flota en los altoparlantes, y la multitud responde a carcajadas como aldabonazos que conspiran contra el extremo grotesco del poder. “Aquí te tengo una botella bellísima…”, cantonea Kamel por la espesura de los fresnos y los pensamientos de todos los marchistas. “Ya le di su coscorrón a esa vieja cabrona…”, confirma el gobernador a la masa ante los paredones de Catedral. La grabación ilegal no cuenta para la ley mexicana. El Estado de derecho no cuenta para los mexicanos. Dos frases entre tantas en mi cabeza. Por un momento pienso que las voces de estos dos hombres -roncas, altivas, léperas en la altisonancia de los que todo lo pueden y ni por asomo se permiten pensar en que alguien lo ponga en duda- las hemos amasado todos en nuestra incapacidad histórica para construir contrapesos democráticos, en nuestra debilidad para desatar los amarres de esa urdimbre criminal en la política: no hay una reforma electoral en el Estado que garantice procesos electorales transparentes, partidos democráticos y legislaturas independientes del ejecutivo; las contralorías, las gubernamentales y la del Congreso, obedecen al gobernador; los medios de comunicación escritos y electrónicos, desde Televisa hasta el pasquín, sobreviven de las contrataciones del gobierno; y la procuración de justicia y los tribunales… tan sólo hay que escuchar las grabaciones.

Pero la voz de Flor Coca lo corta, es sólida, compensa todas las interrogantes que ha hecho Alicia: “Esta marcha ha sido convocada por el Frente Cívico Poblano…”. Sí, la masa se organiza como última defensa ante la ausencia de Estado de derecho. No ha podido ser de otra forma en la historia de Puebla.