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martes, 22 de febrero de 2011

UN ELEFANTE BLANCO: historia de La ladrillera y El Nopal...

Tlaltenango, en su contexto Histórico...

Por Carlos Mendoza.

A principios de la década de los ochentas me encontraba yo trabajando para la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH), como Jefe de Operación del Distrito de Desarrollo Rural de Cholula, más adelante sería también Jefe de este Distrito que comprende más de 30 municipios, entre ellos los ya mencionados.

Un colega mío ya desaparecido, el ingeniero agrónomo del Tec de Monterrey Gerardo Godínez Alonso trabajaba en los municipios de Huejotzingo y Tlaltenango con varios grupos de campesinos, pero en especial con los de Tlaltenago, sus proyectos más queridos, ya que solo así se trabaja en el campo y con los campesinos, era la perforación de dos pozos profundos para riego que llevaban ya los nombres de: La Ladrillera y El Nopal.

Estos pozos habían esperado por varios años para su perforación, Godinez trabajó incansablemente en la organización necesaria para juntar el dinero que necesariamente habían de tener los campesinos para que el FIRA les otorgara un crédito puente con alguno de los Bancos de la Ciudad de Cholula, un buen día y en ausencia de Gerardo los campesinos me buscaron para que los acompañara a hacer sus depósitos a plazo fijo al BANAMEX de Cholula, desde luego que yo accedí y se depositó el dinero de ambas sociedades la de La Ladrillera y del Nopal.

Que caras de contento de aquellos hombres de tez morena bajo sus sobreros de alitas cortas, que de planes y que de ilusiones, como chamacos corrimos después de hacer los depósitos a las paletas y nos fuimos muy contentos.

Días después me entrevisté personalmente con el ingeniero Humberto Bueno, quien había sido compañero mío en Chapingo y que estaba al frente de FIRA, él me dijo:

"Oye Mendoza para que a tus campesinos de Tlaltenango se les autorice un crédito para sus pozos habrán de tener cuentas en algún banco, eso es imprescindible",

yo contesté. "¿Por ejemplo en elBanamex de Cholula?,

- Ándale, por ejemplo.

- ¿Entonces cuándo me lo autorizas?, por que ya tienen ellos ahí sus cuentas.

- Ahorita mismo si quieres.

- Y le llamó al gerente.

De ahí en adelante todo fueron carreras y trámites más la emoción de la llegada de las máquinas perforadoras que las teníamos en Chautzingo, como niños todos nos dábamos cita en la presidencia municipal de Tlaltenango los miércoles de cada semana para hacer la cooperación, se hacían largas colas y todos ponían su contribución en efectivo para lo de los pozos, Godinez organizaba todo, de ahí corríamos al lugar donde la máquina, una Concorde, perforaba el suelo hasta que encontró lo que por años había sido el sueño de estos hombres, agua.

Agua para los terrenos más productivos del altiplano poblano, agua para sacar dos en vez de una cosecha, agua para hacer que las cosas cambiaran de agricultura extensiva a intensiva, más aún si ya se disponía de paquetes tecnológicos generados por el Plan Puebla del Colegio de Postgraduados de Chapingo que ha venido trabajando en estas zonas desde hace décadas, agua para que la situación económica de estas gentes cambiara para siempre.

Afloró el agua, se aforaron los pozos, el agua corrió por la panza de las canaletas recién colocadas dejando pasar chorritos de agua por sus costuras como de barco mal calafateado, hubo de todo el día de estas dos inauguraciones, la fiesta fue en grande y no era para menos, se hablaba de hasta más de diez años de esfuerzos para hacer realidad estos dos pozos.

Que suerte tan buena la de haber estado ahí y que todo se hubiera dado como se dio, así como ya lo platiqué, mucho de ello fue gracias al trabajo del malogrado Gerardo Godinez Alonso, ah pero después de poco tiempo estos terrenos fueron objeto de una enorme expropiación y dentro de la zona de riego de los pozos El Nopal y La Ladrillera se construyó un aeropuerto el Hermanos Serdán, dentro se quedaron no solo los dos pozos recién perforados y las tierras, dentro se quedaron las ilusiones de muchos hombres y mujeres de Huejotzingo y Tlaltenango, y por que no hasta las de Gerardo y mías.

Hoy este aeropuerto a nadie le es extraño saber que es un Elefante Blanco, es en serio y no critico a lo güey, miren que yo ahí estuve y esto nadie me lo contó.

Hoy nuestro gobernador Melquiades nos dice que este Elefante Blanco pudiera ser revivido como aeropuerto alterno al de la ciudad de México en vista de que les echaron para atrás el proyecto Texcoco que se localizaba en el ejido de San Salvador Atenco, bueno, que bueno ya era tiempo, pero sin un sistema de transporte ágil y sobre todo rápido de la ciudad de México a Puebla y viceversa, este elefante no va a dejar de serlo, sería necesario que el señor gobernador viera la reactivación del Elefante Blanco desde varios puntos de vista y desde su historia misma, sus antecedentes, en fin y los costos sociales que hemos tenido que pagar todos los que vivimos en esta zona.

 Me permito desde este espacio y bajo mi muy humilde opinión sugerir que para hacer que esta infraestructura aeroportuaria funcione, se haga un proyecto serio para la construcción de un tren rápido México- Puebla que no solo daría servicio a los usuarios del aeropuerto de "Huejo", sino también a toda la región, incluida la vecina Tlaxcala. Obras de comunicación ociosas por falta de vías de comunicación terrestres eficientes y rápidas. Esta obra no sería barata pero del cuero saldrían las correas con tantos usuarios como los hay en el altiplano Poblano/Tlaxcalteca, insisto y no solo daría servicio a los que usen el aeropuerto.

De reactivarse este proyecto que data desde las época de Jiménez Morales quizá se lleve un poco de justicia a los campesinos de Tlaltenango, así su sacrificio en aras del progreso del Estado no habría sido en vano, ¿no?

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