¿Cómo ser un gobierno municipal exitoso?

El gobierno municipal totalmente exitoso no existe: es un “mito genial”, si usamos palabras del diccionario político mexicano. Tlaltenango sufre de gobiernos ineficaces que, despues de ganar, se sirven de las arcas municipales para resarcir los gastos incurridos en campaña: los gobiernos priistas, si no reparten dinero, no ganan.

Esto repercute en la calidad de servicios prestados por el ayuntamiento: mala calidad en seguridad publica, centro de salud, basura, etc...

Planteo que ningún municipio es exitoso de manera simultánea en todas las áreas de la administración pública. El gobierno municipal totalmente exitoso no existe: es un “mito genial”, si usamos palabras del diccionario político mexicano.

La gobernanza local en México puede ser evaluada a partir del seguimiento a indicadores que den cuenta de los resultados en las dimensiones que hoy por hoy se espera que atiendan las municipalidades y para lo cual se encuentran facultadas.

La dimensión básica que atiende el gobierno municipal en este país es la de provisión de servicios públicos. A estas alturas, en municipios de baja marginación o bien con un índice de desarrollo humano medio o alto el tema de la cobertura no debe ser problema (Cd de Puebla, Tehuacan Cholula están en ese caso). El asunto ha de plantearse, entonces, desde la perspectiva de eficacia y eficiencia en la provisión de esos servicios. Mientras no se tenga un sistema de indicadores apropiados, será imposible verificar y eventualmente consignar como exitosa la gestión municipal en esta primera dimensión.

Una segunda dimensión es la asignación de recursos. Tanto a la hora de establecer y operar presupuestos como también en la orientación y asignación de todos los recursos de que dispone un gobierno municipal, puede evaluarse el éxito si lo medimos con indicadores que pudiéramos enmarcar en dos grandes rubros: competitividad y cohesión social ( incluye temas como movilidad urbana, conectividad, seguridad, y otros más).

Una tercera dimensión (que suele ser talón de Aquiles para las administraciones locales en México) es la gestión administrativa, lo que implica a la hacienda y la burocracia municipal. Hay un sinnúmero de indicadores que evalúan el éxito en el desempeño de gobierno municipal en esta dimensión.

Si se acepta el planteamiento inicial entonces se puede estar de acuerdo con que la utilización de indicadores de desempeño en función de metas claras es lo que podría decirnos si un gobierno está en la ruta del éxito o del fracaso desde la perspectiva de la gobernanza. Si no se cuenta con esos indicadores entonces la discusión sobre el gobierno municipal se tornará ramplonamente mediática, grillera y de “política ficción”.