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miércoles, 24 de noviembre de 2010

Avión caído en Monterrey, el segundo de la flota Antonov que se cae

De las cuatro aeronaves de fabricación rusa y compradas durante la administración de Vicente Fox, ya sólo quedan dos pues en 2006 el Antonov 32B matrícula 3103, se desplomó en el mar de Acapulco y murieron cinco militares. MILENIO ya había reportado fallas de estos aviones.

El avión Antonov B matrícula 3101 que se estrelló esta tarde en el aeropuerto de Monterrey y que causó la muerte de cinco militares, es el segundo de ese tipo que se desploma en México, de los cuatro que adquirió el gobierno de Vicente Fox a la Federación Rusa en 2000.





Este es el Antonov matricula 3101, que se desplomo hace unas horas...
 El 17 de diciembre de 2006 se desplomó otro avión del mismo tipo, un Antonov 32B, matrícula 3103, frente a la costa de Acapulco, hecho en el que murieron cuatro oficiales.


Desde entonces la Fuerza Aérea Mexicana redujo drásticamente el uso de esas unidades, que incluso carecían de piezas de repuesto, las cuales debían ser importadas desde Ucrania.



Desde abril pasado MILENIO Diario dio a conocer que la flota de Antonov AN32B presentaba serios problemas de funcionamiento.


Este es el texto de la nota de la caida del otro Antonov, caido hace 4 años
En ruinas, la flota de transporte de la FAM
Para solucionar los problemas de traslado de tropas y materiales, durante la administración de Vicente Fox se compraron cuatro aviones rusos que a 10 años de distancia prácticamente se han convertido en chatarra frente a la imposibilidad de poder repararlos.

Cuando se les compró hace 10 años, la flota de aviones de carga Antonov AN32B —cuatro en total— fue considerada una solución a los problemas de transporte de tropas y material del Ejército mexicano.

Pero hoy, un avión destruido, cuatro muertos y varios millones de pesos después, son prácticamente chatarra. El acelerado deterioro de las tres aeronaves que quedan incluso ha obligado a la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) a recurrir a empresas de paquetería y fletes para enviar material y alimentos a soldados desplegados en la guerra contra el narcotráfico.

Documentos internos de la Secretaría de la Defensa Nacional y una solicitud de transparencia hecha por MILENIO dan cuenta de que la FAM enfrenta un serio déficit de aviones de transporte como resultado del desgaste sufrido por su flota de Antonov AN32Bs, adquirida de segunda mano a la Federación Rusa en 2000.

El uso de los aviones de manufactura rusa-ucraniana ha tenido que, literalmente, reducirse al mínimo frente al riesgo de accidentes, la mengua de sus motores y especialmente la falta de refacciones para mantenerlos en condiciones operables.

“Debido a la inoperatividad de la flota de aeronaves Antonov An-32B, actualmente la Fuerza Aérea Mexicana carece de aviación que permita cubrir la demanda para realizar el transporte de cargas medianas y tropas de manera eficiente”, detalla un informe entregado por la Defensa Nacional a la Presidencia en diciembre pasado.

Lo anterior no sólo ha impactado el despliegue de tropas en distintos puntos del país, sino comprometido y complicado los planes de operación del Ejército que se ha visto forzado a recurrir cada vez con mayor frecuencia a sus aviones Boeing y Hércules, sobrecargando la de por sí reducida flota aérea del país.

También, pese a que el material enviado en ocasiones es pertinente a la seguridad nacional, la Sedena ha tenido que contratar empresas de fletes para mantener abastecidas a sus distintas bases en el país, hoy por hoy en mayor demanda de apertrechamientos.

“(Se ha recurrido) a la contratación de servicios de flete para el envío de componentes y abastecimientos no críticos, lo cual incrementa los riesgos para la seguridad nacional y aumenta el tiempo de respuesta”, se detalla en el informe, en el que se precisa que el alto mando militar también ha echado mano de convoyes terrestres escoltados, a consecuencia de la falta de aviones seguros disponibles.

Pero el traslado terrestre de equipo y armamento roba tiempo crucial. Al quedar los Antonov prácticamente fuera de uso, la FAM se ha visto obligada a improvisar:

“Se aprovechan las aeronaves que se encuentran realizando otro tipo de operaciones, como adiestramiento, patrullaje, lanzamiento de paracaidistas cuando se requiere el traslado del personal y material hacia las plazas donde estén operando”, se explica.

En los últimos dos años, cabe destacar, el Ejército ha requerido de abastecimiento permanente para las tropas desplegadas en tareas de combate al narcotráfico en distintos puntos del país, como Chihuahua, Michoacán, Sinaloa y Sonora.

Chatarra peligrosa
La Sedena nunca detalló las razones detrás del accidente ocurrido el 17 de diciembre de 2006, cuando un Antonov 32B, matrícula 3103, se desplomó cerca de las costas de Acapulco, después de lanzar a varios paracaidistas en tareas de adiestramiento.

A las 9:05 de la mañana, al tratar de aterrizar, el avión simplemente cayó al mar. Murieron los tenientes de la Fuerza Aérea pilotos aviadores, Erik Maldonado Vargas e Isidro Estrada Adame, Víctor Manuel Flores Rodríguez, subteniente de Fuerza Aérea piloto aviador y Roberto Lillo de Jesús, especialista en electrónica de aviación.

Sus cuerpos fueron localizados hasta 10 días después por buzos de la Marina. Aun cuando no se dieron a conocer las causas del siniestro, lo cierto es que la FAM literalmente dejó de utilizar sus Antonov en los siguientes años.

En respuesta a la solicitud de información 0000179309 y aun cuando sostuvo que las aeronaves “pueden ser reparadas”, la Defensa Nacional reveló que ha recortado en más de 100 por ciento las horas vuelo de los AN32B. Permanecieron virtualmente arrumbados en tierra buena parte de 2008 y 2009.

Después de haber sido usados fuertemente entre 2001 y 2007 –con hasta 450 horas de vuelo anuales—los Antonov solo acumularon 58 horas en 2008 y 2009, acorde a la respuesta.

La razón detrás del accidente podría encontrarse en un hecho: es muy difícil importar las refacciones de repuesto.

En el reporte obtenido, se precisa que las aeronaves —que fueron adquiridas usadas por la administración de Vicente Fox— han resultado un verdadero dolor de cabeza para la FAM debido a la dificultad de importar refacciones desde Ucrania y, al mismo tiempo, llevar los aviones a ese país, donde se encuentra la fábrica

“Se han tenido diversos problemas en la contratación de los servicios de reparación mayor de componentes, manifestando los proveedores de la Secretaría problemas durante los trámites aduanales para ingresar los componentes a Ucrania, donde se encuentra ubicada la planta reparadora, lo que ha originado que se prolonguen los tiempos de recuperación de estas aeronaves”, indicó la Sedena.

En su informe interno, la dependencia añadió que el reto del crimen organizado obliga al Ejército y la Fuerza Aérea a contar con aeronaves disponibles para el traslado de tropas y material a distintos puntos del territorio nacional para poder responder “de forma inmediata” a imprevistos.

Víctor Hugo Michel

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